Juan de Vicente, educador del Instituto Miguel Catalán de Coslada, nos confesó una vez que cuando él descubrió el aprendizaje-servicio se percató con gran sorpresa de que sus alumnos ya lo habían descubierto antes.
Efectivamente, en las carpetas de los adolescentes figuraba la inscripción APS. Ostras, voy con retraso, pensó…
¿O sea que ya sabéis lo que es APS?, les preguntó.
¡Pues claro! APS quiere decir «Amigos Para Siempre»– respondieron.
Quizá la coincidencia de las siglas no es del todo casualidad, porque los que nos embarcamos en el aprendizaje-servicio acabamos trabando una gran amistad.
Nos unen demasiadas cosas: la confianza en los chicos y chicas; las ganas de que la educación sea apasionante y divertida; el compromiso con el territorio; la convicción de que hay que orientar el talento con la brújula de la solidaridad…
Y poco a poco, lo que nos une deja de ser invisible, porque las redes que hemos ido tejiendo entre nosotros nos permiten hacer pequeñas y grandes cosas, todas ellas muy visibles, como este 8º Encuentro de Aprendizaje-Servicio que estamos saboreando.
Sin confianza, sin pasión, sin compromiso… nada de esto es posible.
Vamos a seguir trabajando, a seguir divirtiéndonos, y a seguir compartiendo. Porque como decía Antonio Machado:
En cuestiones de cultura y de saber, sólo se pierde lo que se guarda, sólo se gana lo que se da.