Olvidemos por un momento que es el Papa quien lo dice y que no se refiere a la curia.
Las 15 enfermedades o tentaciones con las que ayer felicitó las Navidades a la curia romana podrían encajar perfectamente con muchas personas que no tienen nada que ver con la Iglesia… ¿o no?
Personas encantadas de haberse conocido, que disfrutan de espacios de poder en las empresas, en las instituciones públicas, en los clubs deportivos o incluso en las onegés.
Creo que el Papa se ha quedado corto en este sentido, porque su reprimenda podría extenderse a otros ámbitos donde esas 15 enfermedades hacen tantos estragos como en el Vaticano, o tal vez más.
¡Donde no se ha quedado corto es en creatividad! Bautizando las enfermedades ha hecho honor a la florida oratoria que luce todo buen argentino.
Me encanta eso de la «petrificación mental y espiritual», lo del «alzheimer espiritual» o lo de la «esquizofrenia existencial». ¡Geniales hallazgos que voy a usar con el permiso de Su Santidad!
Pero lo que me gusta más es lo de la «cara fúnebre»… ¡cuánta razón tiene! ¿estaría pensando en Rouco Varela?
Definitivamente, este Papa es la hostia, con perdón.