¡Por fin la lluvia!
Llueve en Cataluña y casi no me lo creo, después del invierno más seco y caluroso que recuerdo... Reconozco que la sequía me altera, me pone nerviosa. Especialmente cuando ves la montaña reseca y polvorienta, con las fuentes al borde de la inanición, con los campos amarillos y marrones sin apenas pinceladas de verdor. Salí de excursión dos domingos seguidos a la Garrotxa una de las comarcas más idílicas de Cataluña...