Un error es un error
A partir de aquí, disculpémonos, intentemos restaurar el mal causado si es posible y aprendamos la lección. Y si es grave, más. Todos nos podemos equivocar y, encima, tener mala suerte. Pero tener mala suerte no borra el error cometido. Toda mi simpatía y compasión hacia el entrenador que se adentró con doce niños el 23 de junio en la cueva de Tham Luang. Pero se equivocó y mucho: No...