Nuestro gusiluz
¡Suerte tenemos de las personas gusiluz! A diferencia de las personas tóxicas, las personas gusiluz, como todo el mundo sabe, llevan una lucecita dentro. Son discretas, nada aparatosas, modestas. A veces la lucecita está apagada, pero tú sabes que ahí está, y que te la encienden cuando la necesitas. Las personas gusiluz no nos suspenden, sencillamente porque no nos examinan. Tampoco discuten cosas absurdas porque adoran la conversación tranquila, ni nos hacen sentir culpables, porque...