Fox Moulder tenía un póster en su oficina con la imagen de un OVNI y la inscripción I want to believe. Esta fue la imagen que me vino a la mente ante el anuncio del alto el fuego de ETA.
Pues sí, me lo quiero creer, porque un puñado de locos disparando es peor que un puñado de locos que no disparan.
Sin embargo, al parecer ETA no renuncia a las armas, sino a «usarlas». ¿Qué querrá decir esto? ¿Que estarán guardadas en un armario?
Me pregunto si aquellos que tal vez no disparan, pero encienden la pasión por disparar, van a renunciar a su prosa incendiaria, porque si no lo hacen y hay armas disponibles en algún armario, poca garantía tenemos.
¿No es lo que ha pasado en Arizona? ¡Si incluso después de la matanza ha aumentado la venta de armas!
A pesar del lamento del poeta, tristes armas, si no son las palabras, hay palabras que cargan las armas. Y a veces se acompañan de imágenes muy explícitas, como el mapa con dianas que tenía Palin en su facebook.
Tengo que revisar una película que en su momento me impactó muchísimo, El rey pescador. En ella, un locutor de radio, tan agresivo como frívolo, provoca con sus comentarios violentos una matanza en una cafetería por parte de uno de sus oyentes, un joven desequilibrado.
Es una película difícil de clasificar, no sabes si es un drama o una fantasía. Es extraña, emocionante, bonita, y acaba bien.
I want to believe, quiero creer, que también somos capaces de desarmar las palabras.