Por encima de la niebla
Cuando nos aficionamos a acampar en el Pirineo Central, en particular en la vertiente norte, cada mañana nos sorprendía una niebla espesa que rodeaba la tienda y nos enfriaba el ánimo. Uy, pensábamos, ¡mal día para ir de excursión! Pero estábamos equivocados. La niebla se ceñía en el valle. A la que ascendías quinientos metros, emergías de ella y te encontrabas con un sol espléndido, un auténtico regalo. Al poco...